¿Quién Soy?
Metafísica en Primera Persona
¿Quién Soy?
Es una pregunta aparentemente fácil de responder, la
respuesta es evidente, soy Antonio.
¿Quién Soy? ¿Quién es ese que responde soy Antonio?
Yo soy yo… aquí comienza este post.
¿Quién es ese Yo? ¿Qué es ese Yo?
Más allá del ser social que vive, que se relaciona con el
otro, no tengo tan clara la respuesta. Porque ser Antonio es incuestionable en
mi existencia consciente, es la personalidad y el cuerpo humano que soy
relacionándose contigo. Soy mi memoria, los recuerdos propios, las experiencias
vividas por mí, soy el aprendizaje de ser yo.
Foto: Ben White on Unsplash |
Comencé a ser yo cuando mis padres me enseñaron mi nombre,
cuando me cuidaron, amaron, nutrieron. Con los años aprendí que yo no era mi
padre ni mi madre, que era desemejante a ellos; al principio, brevemente, me
resultó confuso. Fue mi encuentro con el Otro.
Ser es un asunto complejo, aprendí a no complicarlo.
Comprendí, estudiando, que el Antonio de la vida diaria es
la superficie del océano del ser. Que la mayor parte de mí es inconsciente, que
soy paradigmas aprendidos, pulsiones manifestándose… y vislumbré que, en
realidad, no sabía con certeza quién era yo.
Aprendí que soy un alma viviente, lo cual no me facilitó
mucho responder mi primera interrogante. Soy un ser espiritual existiendo en
una circunstancia material compuesta de fibras, huesos, órganos, cerebro.
¿Quién soy? Ahora me pregunto… ¿Quién estoy siendo?
Foto: Smit Patel on Unsplash |
Por supuesto que acepté la primera y evidente respuesta:
Estoy siendo Antonio, mi memoria, mis recuerdos me definen como tal.
He recurrido en busca de ayuda a la filosofía, la
metafísica, la psicología, las neurociencias, le pregunté a Jung, a Hume, a
Kant, a mis padres, a Penrose.
No debo preguntarle a mis amigos porque ellos no lo saben,
porque ellos saben de mí lo que les enseñé en cuanto a quién soy, lo que soy.
Hay tantas respuestas.
¿Quién responde cuando respondo? ¿Quién o qué es ese que desde mi interior me observa y me
conoce? Pienso que soy yo, un profundo e incognoscible Yo.
Foto: Simon Wijers on Unsplash |
¿Estoy demente por pretender responder esta sencilla
pregunta acerca de mi identidad? ¿Tiene la identidad algo que ver en este
misterio? Sé que nací en un lugar, en una fecha, en tal familia. Sé que estudié
esto y aquello, que trabajé aquí y allá, que amé a tal mujer y tuve estos
amigos. Puedo hablar en tiempo presente sobre muchas de estas cuestiones. Sé quién estoy siendo, un alguien social
y podría contentarme dejando las cosas hasta allí. Es lo normal, lo deseable,
lo saludable y… lo único que no debo hacer.
Inquirir acerca de la naturaleza de las cosas como lo
hicieron los filósofos griegos, preguntarme de qué están hechas, de dónde
venimos, qué es la realidad, es filosofar. Es el amor por el saber, por el
conocimiento.
¿Indagar quién soy es llevar la metafísica del ser al alma
humana?
Necesito la respuesta, por muy abstracta que me resulte. Cuando
digo Yo soy yo… para mí no tiene sentido alguno tal afirmación. Es tan ilusorio
como el azul del cielo. ¿Quién es ese Yo que responde? Es ese Yo algún Otro en
mí.
Estoy muy claro en quién soy socialmente, conozco muy bien
la máscara que es la personalidad Antonio, pero sé también que es una máscara
cuando menos quimérica, farsante tal vez.
Yo soy el Otro, ese infierno que afirma Sartre. El Otro soy
Yo. Socialmente somos innumerables espejos los unos de los otros. En cada
espejo de otredad descubro mi rostro desfigurado, desdibujado o bocetado apenas
de una u otra manera.
¿Quién podría responderme mejor que yo mismo? Quizás sea yo
la persona menos indicada para arrancar el velo del rostro, siempre enigmático
y negro, de Isis. Más allá de la realidad cotidiana está la medida de lo
incomprensible.
Cuando me observo en el espejo al momento de rasurarme
encuentro un rostro familiar, tal vez demasiado familiar. Miro un hombre, un
ser humano, una persona. No necesito decirme ese soy yo, eso está
sobreentendido. Es la imagen especular del Antonio que creo real.
Pero qué es lo real. ¿Qué es la realidad?
Foto: Niels Smeets on Unsplash |
Los órganos de los sentidos son tan limitados al momento de
recopilar la información del entorno para que el cerebro pueda crear y modificar
las percepciones. Nuestra realización de la realidad es tan incompleta,
limitada, cultural.
No, no tengo una crisis existencial. Mis reflexiones acerca
de la pregunta ¿Quién Soy? no se deben a un trance psicótico de identidad que me
haya hecho perder el contacto con la realidad. De hecho estoy tan loco como
cualquiera, perdón… tan sano como tú.
Cavilo que cuando creo observar el mundo social y natural,
cuando pienso acerca de las cosas, acerca de las circunstancias, cuando
reflexiono acerca de mi existencia, hay en
mí un Observador silencioso que no puede ser observado y es ese Observador
quien responde todas mis preguntas y también las tuyas.
Podría llamarlo Consciencia, Alma, aunque no me aclara mucho
sobre el tema pero me permite pensar que es una aproximación, aunque un tanto grosera,
a mi respuesta última. No voy a extenderme en el concepto de consciencia porque
ya lo hice en anteriores post de nuestro blog.
¿Quién Soy? En lo inmediato… Antonio; en la Realidad Soy ese
ignoto, enigmático e inmortal Observador.
Y tú… ¿Quién Eres?
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