La Imagen Corporal
Una imagen es la representación visual que el cerebro hace al percibir una cosa que
puede ser objetiva, real o que pueda ser imaginaria. Cuando tiene su origen en el
mundo íntimo, psicológico, de la persona se considera que la imagen es mental; entendiéndose
que lo mental no es sólo un dibujo sino que está cargado de afectividad,
juicios, emociones y creencias.
La imagen es una representación analógica, una semejanza de aquello que el cerebro recibe, gracias al órgano de la visión, y realiza como una experiencia subjetiva. La imagen es recuerdo, aproximación, orden y caos, desempeñando un papel fundamental en el proceso creativo.
La imagen es una representación analógica, una semejanza de aquello que el cerebro recibe, gracias al órgano de la visión, y realiza como una experiencia subjetiva. La imagen es recuerdo, aproximación, orden y caos, desempeñando un papel fundamental en el proceso creativo.
Este concepto
asimismo designa otras clases de percepciones
tales como las olfativas, auditivas, táctiles y sinestésicas.
La imagen corporal. La imagen de sí, la
imagen del otro. ¿Cómo me ven, me perciben, los demás? ¿Cómo veo y percibo al
otro? ¿Qué muestro con mi imagen?
Como
expuse anteriormente la imagen genera la representación mental que asumimos
acerca de las personas, las cosas y las situaciones de la vida cotidiana tanto
en lo individual como en la vida social.
Hay
una enorme variedad de temas relacionados con la imagen en la sociedad. Entre
otros están: la imagen corporal, la imagen digital, la imagen plástica, la
imagen corporativa, las imágenes religiosas, la imagen comercial. En este post
me enfocaré en el aspecto psicológico de
la misma.
La
imagen como hecho visual es producto de la luz, el cerebro le confiere color,
forma, emoción. En la persona la imagen es gesto, movimiento y postura; el
aprendizaje integra la imagen mental con la expresión corporal. Toda imagen
nace de la luz y en el ser humano dicha luz brilla desde la consciencia, desde
las emociones y las ideas. La relación con la propia imagen y con la del otro
es cultural, emotiva, prejuiciada, es totalmente paradigmática. Nuestra
percepción de lo que creemos que es la realidad es una maravillosa mezcla de consciente
e inconsciente.
En
la vida diaria lo visual está naturalmente integrado con lo auditivo. Vemos y
oímos al otro, el otro nos ve y nos oye y esta inevitable y elusiva relación
nos convierte en espejos. Somos espejos unos de otros, el cuerpo muestra lo que
la intención pretende ocultar.
Alegóricamente,
de acuerdo a nuestro estado emocional, a nuestras creencias, las personas
somos, espejos. Espejos de agua, de plata, espejos formidablemente bruñidos o rayados,
partidos, oxidados. Esto es así porque cuando “vemos al otro” lo hacemos desde
lo que somos. Algunas personas semejan espejos de feria que deforman la imagen
del otro ya sea alargándola, encogiéndola, hinchándola, en la medida que se
mueven. Las
personas sanas resultan ser espejos perfectos, pulidos, sin combaduras, bien
pulidos y limpios en su “superficie interior”.
La
imagen corporal
Es el
concepto que cada individuo tiene del ser que es, particularmente de su
cuerpo. Desde mi punto de vista está íntimamente relacionada con el estado
psicológico de la persona. La imagen corporal está estrechamente vinculada a
las creencias individuales más que al reflejo que nos devuelve el espejo. Vemos
en el espejo lo que creemos que somos y este mirarnos determina a la vez
nuestra forma de pensarnos, sentirnos y comportarnos, afectando positiva o
negativamente nuestra relación con el otro.
A lo largo del ciclo vital la
imagen propia se va transformando y estableciendo el quién soy para mí y para
los demás. Este quién soy es una relación muy interesante entre lo que creo
ser y la suma estadística de lo que el otro (todas las personas con quienes me
relaciono) me dice que soy. Puedo pensar y sentir que soy muy simpático pero,
sin embargo, el espejo que el otro es podría mostrarme, reflejarme, que no es
así. Es un asunto complejo identificar y aceptar o rechazar esa opinión… allí
está el dilema.
La apreciación sana de la imagen corporal personal es
responsabilidad de cada individuo y esto implica, si fuera necesaria la terapia
psicológica.
En un próximo post indagaremos acerca de otros aspectos de la
imagen corporal o, como prefiero conceptuar el tema, la imagen personal. Hay muy variados e importantes puntos a tratar al respecto tales como imagen y autoestima e imagen corporal y dismorfofobia.
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