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21 marzo 2017

Algunas reflexiones acerca del Amor - Segunda parte


Acerca del Amor. 

¿Qué es el amor?

Segunda Parte.

¿Qué es el amor?


Amar y ser amado

El amor es un concepto maravilloso porque, de acuerdo a su origen latino (mirabilia), es una cosa que es admirable, asombrosa e inexplicable.

El Amor es la fuerza de atracción más poderosa de la creación. Su equivalente en el mundo físico es la Gravedad. Esta es una de las cuatro fuerzas del universo, por medio de la cual los objetos con masa son atraídos entre sí. La Luna, acelerando en su órbita, está “cayendo” hacia la tierra.
De igual forma las personas aceleramos hacia el objeto de nuestro amor, cayendo inexorablemente en el objeto amado.

En la sociedad contemporánea a algunas personas les resulta incómodo hablar del amor. Pareciera algo cursi, “cosas de poetas” y que en algunos hombres suena a “asuntos de mujeres”. Un macho alfa no habla del amor porque de alguna inexplicable manera pareciera creer que afecta su virilidad.

El amor romántico.

En este post me limitaré, debido a lo extenso del tema, a tratar el tema del amor romántico.
El amor es necesariamente un arte y consecuentemente una técnica (del griego τέχνη téchnē). Se ama lo bello. Hay también, en este sentimiento, un aspecto relacionado con la comunicación de emociones e ideas.

Amo lo bello en ella, amo lo bella que, para mí, ella es.

“Pues te hallas libre de todo lazo, aprovecha la ocasión y escoge a
la que digas: «Tú sola me places.» No esperes que el cielo te la envíe en las alas del Céfiro; esa dicha has de buscarla por tus propios ojos. El cazador sabe muy bien en qué sitio ha de tender las redes a los ciervos   y en qué valle se esconde el jabalí feroz. El que acosa a los pájaros, conoce los árboles en que ponen los nidos, y el pescador de caña, las aguas abundantes en peces. Así, tú, que corres tras una mujer que te profese cariño perdurable, dedícate a frecuentar los lugares en que se reúnen las bellas. No pretendo que en su persecución des las velas al viento o recorras lejanas tierras hasta encontrarla; deja que Perseo nos traiga su Andrómeda de la India, tostada por el sol, y el pastor de Frigia robe a Grecia su Helena; pues Roma te proporcionará lindas mujeres
en tanto número, que te obligue a exclamar: «Aquí se hallan
reunidas todas las hermosuras del orbe.» Cuantas mieses doran las
faldas del Gárgaro, cuantos racimos llevan las viñas de Metimno,
cuantos peces el mar, cuantas aves los árboles, cuantas estrellas resplandecen en el cielo, tantas .jóvenes hermosas pululan en Roma, porque Venus ha fijado su residencia en la ciudad de su hijo Eneas.
Si te cautiva la frescura de las muchachas adolescentes, presto se
ofrecerá a tu vista alguna virgen candorosa; si la prefieres en la flor de la juventud, hallarás mil que te seduzcan con sus gracias, viéndote embarazado en la elección; y si acaso te agrada la edad juiciosa y madura, créeme, encontrarás de éstas un verdadero enjambre. Cuando el sol queme las espaldas del león de Hércules, paséate despacio a la sombra del pórtico de Pompeyo, o por la opulenta fábrica de mármol extranjero que publica la munificencia de una madre añadida a la de su hijo, y no olvides visitar la galería, ornada de antiguas pinturas, que levantó Livia, y por eso lleva su nombre. Allí verás el grupo de las Danaides que osaron matar a los infelices hijos de sus tíos, y a su feroz padre, con el acero desnudo. No dejes de asistir a las fiestas de Adonis, llorado por Venus, ni a las del sábado que celebran los judíos de Siria, ni pases de largo por el templo de Menfis que se alzó a la ternera vendada
con franjas de lino; Isis convierte a muchas en lo que ella fue para Jove.”

EL ARTE DE AMAR – OVIDIO - TRADUCIDO POR DON GERMÁN SALINAS


En su libro El Arte de Amar Erich Fromm inquiere acerca de si es más importante amar o ser amado. La mayoría de las personas sienten la necesidad de ser amados como prioritaria a la de amar. Para lograrlo, tanto hombres como mujeres, hacen lo que consideran lo apropiado para lograrlo. El hombre busca, generalmente, lo social: éxito, poder, popularidad,  posición social. La mujer se enfoca más en lucir atractiva por medio del maquillaje, el vestuario, cuidar la figura, la coquetería, el sex-appeal. Estas actitudes cosifican el amor y alejan a la persona del amor como una realidad interior, como una cualidad del espíritu, perdiendo así lo funcional.

La recompensa de esta conducta post revolución industrial es conseguir un otro muy atractivo que llene el insondable vacío emocional. El “objeto amado” es para el individuo necesariamente un objeto en el cual se intenta satisfacer la necesidad de aceptación, el hambre de caricias y solucionar el inmenso problema de cómo estructurar su tiempo.

Más, en este modelo, la realidad afectiva se impone. Las expectaciones mutuas tienden a defraudarse recíprocamente. El amor como necesidad dura poco tiempo y su calidad va perdiendo ímpetu en la medida en que la vida cotidiana impone inmisericorde la realidad y la miseria subyacentes en la relación. La fantasía inicial del enamorarse destruye toda posibilidad de perdurar enamorados. La tóxica sensación de soledad se acrecienta y la frustración ante un “nuevo fracaso” perturba el ser generando cinismo, desaliento y agotamiento.

¿Qué hacer?

Amar. Correr el riesgo de amar. Osar amar sin temor al rechazo, al desencanto. Decir con Ovidio: “Pues te hayas libre de todo lazo, aprovecha la ocasión y escoge a la que digas: «Tú sola me places.»

Cuando dos personas se conocen y se atraen, en un encuentro de desconocidos, lo primero es no enmascarar al otro. Se debe mirarlo, observarlo, tal como es sin colocarle la máscara de nuestras propias necesidades afectivas, psicológicas, económicas. Lo recomendable es dar al tiempo su valor y primero dedicarse a “conocerse uno al otro”. De la prisa sólo queda el cansancio. Ir cayendo lentamente, orbitando recíproca y amorosamente, sin ocultarnos, mostrando mutuamente lo que somos, queremos, sentimos, soñamos.

La amistad, la atracción sexual, la pasión por el otro estimulan el alcanzar objetivos como futura pareja. El sentimiento de unidad y ser, de dos, uno… respetando la individualidad del otro.

Enamorarse es sentir el inesperado rayo de la vida recorriendo nuestra piel y su cegador relámpago aturdiendo el entendimiento. Es aprender a deleitarse en la intimidad de una mirada, de un gesto, de una palabra. Embelesarse en el cómplice silencio, en el beso, la caricia.

Enamorarse y amar son para siempre… mientras se ame.

Cada persona es un modelo mental de la realidad, un paradigma viviente pletórico de creencias acerca de la vida. Tales creencias, esencialmente aprendidas en los primeros siete años de existencia, determinan nuestro comportamiento, actitudes. Lo que siento y pienso que el amor es en una pareja está establecido, inconscientemente, como una verdad personal. Es necesario establecer si dichos paradigmas son funcionales, expansivos o disfuncionales y limitantes.

En el aspecto neuronal el área del amor romántico se asocia en el cerebro de cada persona con otras y diferentes áreas neuronales del mismo. Para explicarlo de manera sencilla. Debido a las experiencias anteriores y a lo aprendido durante la niñez relacionamos el amor ya sea con lo bello o con el engaño, con la lealtad o la traición. Algunas personas asocian el amor ya sea con lo romántico, con la violencia y el abuso, con la alegría, el dolor, la alegría, el desengaño. En algunos casos el amor es una tóxica adicción.

Si nuestra historia romántica es una permanente experiencia de desengaños lo más recomendable es consultar con un profesional de la psicología, con un sacerdote o con aquellas personas que por su edad o experiencia puedan servirnos como guía en esta área.

El amor en una relación de pareja está condicionado por nuestras creencias, por el estado de salud afectiva, emocional; en otras palabras por el aprendizaje. ¿Qué he aprendido? ¿Soy una persona dependiente emocionalmente? ¿Controlo y celo a quien es mi pareja? ¿Soy tolerante? ¿Crecí en una familia prejuiciosa? ¿Estoy consciente que “mi pareja” no me pertenece?

El amor no es suficiente, tal como lo planteé en el anterior post sobre el tema. Lo que soy como persona y lo que el otro es van a determinar la clase de relación que desarrollemos. El amor no es suficiente…

El amor romántico como lo planteaba Platón es una enfermedad, un estado de locura y esto es lo maravilloso del amor.

Para disfrutar plenamente del estar enamorado hay que ser libre, independiente, adulto, tolerante, conocer y respetar los derechos asertivos. Hay que asumir el poder de comprometerse porque el compromiso con el otro es una base fundamental del amor romántico.

Termino este post afirmando junto con Ovidio y Fromm que el amor es un Arte.




Para formarte un concepto más elaborado y personal acerca del amor te recomiendo la lectura de los siguientes libros:

El Arte de Amar.                   Ovidio.
Fedro o del Amor.                 Platón.
El Arte de Amar.                   Erich Fromm.
Nacidos para Triunfar.           Muriel James y Dorothy Jongeward









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