El Yo… ¿El Ego?
Consciencia. Mente. Alma.
La
proyección es la base de la percepción.
El mundo
que ves es lo que tú has puesto en él y nada más.
Es
el testimonio de tu estado mental,
la imagen
exterior de un estado interior.
Tal
como un hombre piensa, así percibe.
Por
lo tanto, no intentes cambiar el mundo;
opta
por cambiar tu manera de pensar en el mundo.
Anónimo
Yo soy lo que soy...
¿Qué es el Yo?
El concepto Yo proviene del latín: Ego y tiene variadas acepciones dependiendo de las diversas escuelas psicológicas, espirituales, neurocientíficas o filosóficas que lo definen.
Alma, mente, ego, el yo como tal,
psique, consciencia. Cada disciplina y doctrina tiene algo interesante que
decir con relación a este esquivo concepto. Ya sea que se le considere como
alma, como una substancia o como un conjunto de sensaciones y percepciones de sí mismo.
alma, como una substancia o como un conjunto de sensaciones y percepciones de sí mismo.
Es interesante que la palabra Yo
remita a la primera persona del singular y esté relacionada con la acción
producida por el verbo en la oración: Yo soy, yo hago, yo tengo.
Más allá de ser un muy
significativo pronombre personal, tiene un importante valor o peso en la manera
en que el individuo percibe la realidad y su relación con los demás. Esto se
debe al hecho que todos somos ineludiblemente egocentristas, cada quien
interpreta el mundo desde el modelo mental que es, desde su propia singularidad.
Cuando el paradigma que es la
persona es funcional, expansivo, tal visión personal del mundo no le genera
conflictos, su relación con el otro es sana, asertiva. Sin embargo, cuando es
un paradigma limitante, tiende a tener resultados disfuncionales, rígidos, en
los cuales la natural percepción egocentrista se extrema a una
postura egocéntrica, egótica, concediéndose excesiva
importancia sí misma y a sus propias experiencias, lo cual le bloquea la percepción
de la realidad que
el otro es.
Tan excesivo individualismo se
expresa, invariablemente, en hablar mucho acerca de sí mismo y necesitar que el
otro le dedique toda la atención a su persona. De alguna manera está tan
centrada en sus necesidades afectivas que no tiene consideración por las de los
demás.
Mi relación con el otro está
fuertemente definida por el “quién soy”; tal vez sería más interesante
plantearlo de otro modo, es decir, por “quién creo que soy” y aunque pareciera
ser innecesaria, por lo evidente de la misma, creo que es fundamental para
responder las preguntas que inician la siguiente parte.
¿Quién soy? ¿Quién creo que soy’
Encontramos tal variedad de
respuestas a esta pregunta. ¿Quién soy? Yo soy yo, soy Antonio. ¿Qué es ese yo
que asumo ser?
Una definición del concepto Yo
hace referencia inmediata al individuo como persona consciente de su
existencia, como ser social en relación con otros Yo. Dicha relación le permite
existir en aquello que percibe como la realidad.
¿El Ego?
Desde la perspectiva de algunas
escuelas psicológicas el Ego es una instancia de la mente mediante la cual la
persona se reconoce como un Yo único, individual, consciente de su existencia y
le permite elaborar su identidad. Tal reconocimiento autorreferencial lo relaciona
con aquello que considera que es la realidad.
Para Erikson el Ego es el aspecto
de la personalidad encargado de regular las necesidades del individuo ante las
demandas del ambiente social. Es una continuidad interior que se corresponde
con la elaboración de compromisos a largo plazo. El sentido de identidad permite
experimentar un estado emocional placentero.
Para la corriente psicoanalítica freudiana el ello (id) está formado
por los deseos y los impulsos. El superyó o superego, en cambio, lo está por
la moral y las normas sociales. El yo o ego, es el que equilibra que la persona satisfaga sus
necesidades respetando los parámetros de la sociedad.
Freud afirma
que la personalidad humana está formada por aspectos conscientes y por los
impulsos inconscientes.
El
ego se desarrolla con la edad, busca cumplir con los deseos del ello de forma
realista y los ajusta a las exigencias del superyó. El yo, necesariamente, se
transforma con el paso del tiempo y de acuerdo al ambiente social y natural.
Freud
piensa que el ego trasciende el sentido del sí mismo para convertirse en
un sistema de funciones psíquicas de defensa, funcionamiento
intelectual, síntesis de información y memoria. El Yo supone el propio
reconocimiento para sentir culpa, alegría o castigo.
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