El Árbol de La Vida
El Arquetipo del Árbol
Foto: Ester Marie Doysabas en Unplash
El Axis Mundi
Los arquetipos
emanan de complejos e inmensos procesos inconscientes de la humanidad, de la
experiencia atesorada durante los miles de años de existencia de la misma. En
las diversas culturas estos se vislumbran con un mismo significado. Los
arquetipos cambian en cada sociedad y época pero sus símbolos conservan
determinadas particularidades que permiten que sean identificados.
La simbología
del árbol como arquetipo proviene de la visión y abstracción de su figura. Más
allá de su imagen, el árbol adquiere un poder “totalmente otro” al ser
impregnado por la consciencia de una energía mágica, religiosa y mítica que no
poseía antes.
El Árbol es
reverenciado por lo que revelan sus múltiples significados. Nos inspira la
representación de los procesos naturales y espirituales de la vida, de la
fecundidad generada desde el centro del mundo; de la inmortalidad soportada por
los ciclos estacionales que desde la primavera, el nacimiento y la niñez, hasta
el otoño la senectud y la muerte nos revelan el arcanode la vida. Ciclos
estacionales que se repiten y renuevan la vida y establecen el orden cósmico.
También es un
símbolo del proceso de individuación planteado por Jung, la integración en el
centro de la psique: el Sí Mismo, integración personal representada por las
flores y los frutos que coronan la obra y que manifiestan también la
espiritualidad.
La imagen del
Árbol Cósmico o Árbol de la Vida corresponde a lo que Mircea Eliade, designa
como "Simbolismo del Centro"
Como símbolo
implica que el culto no se le asigna al árbol en sí sino al poder sagrado que
este representa, poder que el hombre simultáneamente venera y teme.
Tal poder
sagrado emana desde el Axis Mundi, el Centro Cósmico de la existencia física y
espiritual; Eje del cíclico proceso de regeneración de la naturaleza, de
nacimiento y muerte.
Bereshit Bara
Elohim: En el Principio creó Dios… El mito explica el origen del mundo y lo
justifica. Este principio es la idea de lo sagrado, la emoción y el sentimiento
de lo Santo en el acto del Creador.
La verticalidad
de El Árbol Cósmico trae la idea del Eje del Mundo, tradicionalmente dividido
en tres niveles: La copa de árbol es el Cielo (Mundo Espiritual), el tronco es
la Tierra (Mundo Físico o Social) y la raíz es el Infierno (Mundo Interno o
Inferior). Este Axis Mundi es la vía de ascenso y descenso de la consciencia,
permitiendo la comunicación de Dios con el hombre.
Las religiones y
sus mitos relacionan a los héroes y avatares con el simbolismo del árbol y su
misterioso significado cósmico, con el Eterno Retorno al Centro y la cíclica
generación y renovación de la Creación. Los mitos y ritos de la fertilidad
tienen en este símbolo del Árbol una profunda relación con los ciclos de
nacimiento, vida y muerte en la naturaleza.
Su forma y
ubicación en el mundo físico lo convierte en un modelo polisémico de poderosa
fuerza simbólica. Sus raíces, tronco y ramas los relacionamos con los tres
aspectos cósmicos de la vida comentados en párrafos anteriores.
La primavera se
anuncia en el judaísmo por el florecimiento del almendro, un árbol con profundo
significado místico, espiritual. Un símbolo fundamental del judaísmo asociado
con el almendro en flor es el calendabro de siete ramas, la Menorah.
Otro símbolo
asociado en numerosas culturas al Árbol es la serpiente. En el yoga encontramos
a Kundalini, la serpiente de fuego. Adam y Eva en el Jardín del Edén; las dos
víboras enroscadas, en la mitología sumeria, consagradas al Señor del Árbol de
la Verdad llamado Ningizida. Yggdrasil, el Árbol del Mundo escandinavo, en el
cuál Odín después de estar colgado nueve días con sus noches venció a la
muerte. El dios hindú Krisna está relacionado con el Árbol Kadamba. Siddhartha
Gautama se sentó junto al árbol Bodhi para consumar la Iluminación. En los
Upanishads, el Cosmos se representa como un árbol invertido el “arbor inversa”.
La relación simbólica de la serpiente con el Árbol revela la fuerza vital, la
consciencia ascendiendo interiormente, como la savia, desde la raíz de la vida
vegetal hasta su manifestación plena del fruto: la mente y el espíritu. Esta
raíz del Árbol Cósmico toma la fuerza vital, la energía de la vida, de la sima
insondable de la Madre Tierra, manteniéndose permanentemente unido, alimentado
y soportado por ella.
“A
los nueve años tuve la Gran Visión. Fui transportado al Centro del Mundo, donde
me encontré con los Abuelos, los Poderes del Mundo, Aquellos que han despertado
a todos los seres de la tierra que raíces, piernas y alas, quienes se me
aparecieron como ancianos, viejos como las montañas, como las estrellas, y como
los caballos de los cuatro cuartos. Me entregaron un arco (el poder para
destruir), una hierba (la hierba de la estrella del despuntar diurno, la hierba
del poder y el entendimiento), una pipa de la paz y una rama del Árbol de la
Vida: un palo florido... que estaba vivo... y brotaba de arriba y extendía sus
ramas, y sobre las ramas crecían hojas susurrantes, y en las hojas se pusieron
a cantar los pájaros. Se erguirá en el centro del círculo de la nación, dijo el
Abuelo, un bastón para caminar y el corazón de un pueblo; y con tus poderes lo
harás florecer."
En
el Centro del Mundo. Alce Negro
Este artículo es una introducción al tema de la simbología del árbol, el siguiente post lo dedicaremos al Árbol de la Vida en la Kabbalah.
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