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06 diciembre 2017

¿Qué es un Paradigma? El Paradigma Catastrófico


¿Qué es un Paradigma?

El Paradigma Catastrófico

El Paradigma Catastrófico
                                                                                                 Foto: Steinar Engeland en Unsplash





Creencias. Modelos mentales de la Realidad.

En este post hemos, necesariamente, de excluir la exposición del paradigma científico debido a que este artículo está orientado a la comprensión de lo que podríamos denominar el paradigma social. Nuestro blog está orientado al lego, a esa persona que conociendo mucho o poco de otras áreas del saber humano siente la necesidad de continuar aprendiendo, conociendo, comprendiendo qué es la existencia, cómo vivir en bienestar emocional y físico; con lo cual no pretendemos excluir a los expertos en cualquiera de los temas tratados en los post del mismo.

¿Qué es un Paradigma?
Esta palabra tiene su origen etimológico en la palabra latina paradigma, la cual deriva a su vez del griego παράδειγμα: cuyo prefijo παρά “para” significa junto, y de la palabra δειγμα “deigma” significando ejemplo o modelo.

Utilizaremos como sinónimos de paradigma los conceptos: creencias y modelo mental de la realidad.
Los paradigmas son modelos mentales de la realidad establecidos en una sociedad, le permiten a la misma organizarse; son los sistemas de creencias aprendidos por el individuo a lo largo de la niñez y reforzados o trasformados durante la adultez. Es la forma en que la persona entiende el mundo, es su cosmovisión.
El paradigma es lo que la persona considera que "es la realidad”, siendo así le resulta lógica e incuestionable para explicar su existencia como ente social. Esto implica que él es sus creencias, las creencias que es como persona, son reales, irrefutables, válidas y por supuesto… las mejores.
Las creencias se van adquiriendo y estableciendo en los primeros años de vida. El amor, Dios, Patria, familia, dinero, felicidad, trabajo, sufrimiento y muchos otros estructuran un sistema personal de tales creencias.
Tal sistema de creencias es, básicamente, inconsciente; su aprendizaje es una herencia social que tiene su origen inmediato en la familia, la escuela, los medios de comunicación y su raíz es el inconsciente colectivo de la humanidad. Por lo tanto el modelo mental que cada persona es está fuertemente entretejido en la cultura en la cual creció y habita.
Este paradigma personal rige la existencia del individuo, la percepción de sí y de los demás, sus valores, vivencias, la relación con el otro, todo lo cual condiciona la forma en que “piensa y siente la realidad” porque es la manera en que comprende el mundo.

En nuestra percepción de este concepto afirmamos que uno no tiene paradigmas, uno es paradigmas. Tenemos un trabajo, una casa, el corazón, ropa, cerebro, tenemos amigos y familia, pero los paradigmas es algo que estamos siendo, somos la expresión de los paradigmas que aprendimos.  
Los diferentes paradigmas sociales necesariamente coexisten, se relacionan entre sí… aquí entendemos la necesidad de la tolerancia ante los que son diferentes a mí.
En un planeta con casi ocho mil millones de seres humanos cada persona es única, individualmente irrepetible, con sus fortalezas y debilidades, pleno de derechos asertivos, sueños, posibilidades, frustraciones, alegrías, esperanza, amor, capacidades creadoras, productivas, angustias personales, pertenencia a una familia, a grupos sociales.
Y es la existencia social la que nos permite manifestarnos como individuo. Somos una persona rodeada de personas, viviendo con personas, un individuo en relación permanente con el otro; somos paradigmas personales en roce constante con otros paradigmas personales; relación y roce que nos transforman, nos permiten evolucionar, integrarnos y tener presencia social para bien o para mal.

El Paradigma Catastrófico.
¿Cuál es la percepción que cada quien realiza de su vida social? ¿Cómo nos sentimos y qué pensamos acerca de las relaciones sociales tan dinámicas y complejas?
Estamos en continua construcción. Jamás estamos totalmente hechos. Es el eterno, cíclico proceso de sensación, percepción, interpretación, aprendizaje, experiencia. El paradigma que cada uno es está en permanente cambio a pesar de lo ilusorio de su solidez y permanencia.
El cuerpo está ubicado en el espacio, la mente en el tiempo, todo tan irrelevante cuando las suposiciones que hemos creado sobre la vida son limitantes, generadoras de ansiedad, miedo, sufrimiento.

¿Por qué catastrófico?
Esto es debido a que la persona tóxica desde la niñez crece vencida por la insatisfacción, en un estado de sufrimiento generado por el maltrato y el abuso; con una íntima percepción de fracaso en todas las áreas de su vida. La búsqueda de la felicidad es perenne, frustrante y generadora de angustia.
Créeme, no es pesimismo, por supuesto que en la vida hay amor, estados de felicidad y éxito. Sin embargo, este post no se ocupa de las personas funcionales, emocionalmente sanas que son expresión de paradigmas expansivas. Estas líneas están orientadas a aquellos que se observan en un espejo que les refleja una imagen rota, manchada, deformada… el paradigma catastrófico.
Los paradigmas religiosos, científicos, políticos, educativos, determinan en base a su cultura lo que es o no verdadero, posible, válido, en cada sociedad. Nos enseñan a creer lo que debe ser real o imaginario. Algunos de estos modelos separan la mente del cuerpo o ponen el acento en el alma; unos niegan la existencia de Dios y otros se soportan en dicha existencia. En fin, un exquisito y variado mix de hipótesis que intentan exponer y justificar sus teorías de lo que es la realidad.
Ante este mix la persona tiene, afortunadamente, la posibilidad de elegir libremente si desea mantener o cambiar las creencias que es, pero no es precisamente fácil llegar a la conclusión “no me sirve lo que creo, necesito cambiarlo”.
Las creencias personales son representaciones subjetivas que el individuo realiza acerca del mundo social. Estas no se limitan al mundo de las ideas, del pensamiento, también incluyen los sentimientos, las emociones. Abarcan todos los aspectos posibles de su propia existencia y de la del otro en medio de la realidad en la cual está inmerso.
Soy mis creencias: emociones, ideas, sentimientos, preferencias deportivas, sexuales, espirituales, políticas y todo el resto de cosas que guardo en mi enigmático y maravilloso cerebro.
Todo lo anterior es muy relevante en el momento del ¡Ajá! 
En el importante instante en que consciente de mi necesidad de renovarme, de integrarme como individuo preciso de un puerto desde el cual zarpar para descubrir un nuevo mundo, un mundo nuevo y mejor: el de la realización personal.

Efectos del Paradigma Catastrófico
El pensamiento implicado en el paradigma catastrófico se expresa en la vida cotidiana como sentimiento de pérdida, temor, inseguridad; un continuo estado de que todo va  a salir mal. Tanto las actitudes conflictivas ante cualquier estímulo interno o del medio como el mal humor permean las circunstancias agradables y hasta divertidas. Cada objetivo en la vida puede sentirse como un manojo de problemas irresolubles.
Ser conflictivo es una manera de ser. Las circunstancias no lo son por sí mismas. Vivir implica la relación de la mente humana con situaciones sociales o naturales inherentemente complejas en algún grado; interpretar las mismas como complejas o conflictivas determina cómo nos sentimos ante ellas y permite resolverlas o ser aplastados por ellas. Por ejemplo, las relaciones de pareja resultan conflictivas porque uno o ambos miembros son catastróficos en su manera de interpretar tal relación. 
Tales actitudes nocivas cuyas raíces se hunden profundamente en el miedo, la culpa, la victimización, afectan al individuo en los diversos aspectos de su existencia como lo laboral (en el Banco donde trabajo nadie me quiere), la familia, los círculos sociales, la salud.
Otras expresiónes del paradigma catastrófico son el mal humor y la intolerancia frente al otro. La alegría de vivir está castrada por el miedo de vivir, de hacer, de pensar… de sentir.
De la misma manera las condiciones adversas se perciben como inmensos problemas que superan las capacidades personales afectando negativamente la expresión saludable de las emociones. Los problemas deben entenderse como situaciones a resolver por medio de una estrategia, esto es con el discernimiento, razonando, analizando tal situación para encontrar la solución.

¿Cómo comenzar el cambio hacia paradigmas expansivos?
Tal vez con skinner. El cambio es, fundamentalmente, conductual; también es de autorreferencia (cuando nos observamos y analizamos para describirnos y comprendernos). 
Para poder observarnos necesitamos de un espejo... 
¿Un espejo? 
Sí, ese espejo es el Otro.
El ser humano es un ser social y apartarse del mundo va contra su esencial naturaleza. Aprender a interpretar funcionalmente lo que otros nos dicen con sus palabras y actitudes nos permite contrastar el cómo creemos que somos con el cómo estamos siendo. Este es el Efecto Espejo, unos y otros nos reflejamos recíprocamente, nos mostramos mutuamente; la necesidad de aceptación y pertenencia al grupo deben equilibrarse, apreciarse y sopesarse a través de la conducta expansiva, del comportamiento tolerante, amable e inteligente.







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