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29 octubre 2016

Poemas



Tus aguas en las mías.

Los pétalos de tu rosa rebosan el mundo con nuestras risas.

Tus rosas de agua flotan en el agua de mis rosas.


La piel de tus muslos

cálido terciopelo es para mis dedos y mi boca.


Cuando te vas, llevándote el húmedo aroma,
la breve locura de tus labios, 
la intensa súplica de tus miradas,
el mundo desaparece, se hace irreal, entonces me abandono a la fría presencia de la muerte.

Y así permanezco, desolado en mi inexistencia,

Esperando que regreses con tus soles y tus aguas

y tus besos de pétalos...


Me resucita tu voz, la belleza de tus cabellos negros

y la certeza que seremos inmortales sobre la hierba.


Melocotones y abismo.

El árbol de jade, extendiendo amorosamente su tronco

dentro de tu vientre, florece tus fibras y mis poros.


La gruta... siempre anhelante de un roce.


Tu maravillosa vertical me cobija con el sagrado bálsamo de los amantes

mientras tu nombre lubrica mi alma. 

No hay promesas.  Sólo la lluvia y la arena.

Inundando tu vientre y tus piernas. 


Antonio Belisario

25 de noviembre de 1998


Si tomaras mi mano
mientras me hablas

podría oír más allá

de tus palabras.

Si pudieras vaciarte

cuando, en mí, indagas

en ti cabría el planeta

sin faltar nada.


Si pudieras ver las lágrimas

más que en los ojos en la mirada,

llorarías tan sólo risas y esperanza.


Si lo supieras todo

sin del saber ser esclava,

dominarías la tempestad

con desearlo al mirarla.


Si pudieras estar frente al espejo

y no reflejar, de tu imagen, nada

aunque los demás vieran tus mejillas

¿Percibirían tus sonrisas espontáneas?.


Si tomas mi mano

como quien arranca una semilla 

hace siglos germinada

y no sientes mis dedos,

o mejor aún...  

si no sientes nada,           

habrás encontrado el sendero

que lleva hacia mi alma.


          Antonio Belisario

          230583.              



Inquiete búsqueda

mueve mi vida,

la fuerza de lo ignoto

me aprisiona

en este mundo de formas

y de espejismos.

aferra la duda

mis pies a las sombras.

               

Inútil preguntar...

no hay respuestas,

el templo está vacío,

tal vez pleno de estrellas

o de nada lleno,  no hay diferencia.

               

Otra vez será la Ciencia

encarnada en mujer,

coqueta y bella,

quien responderá

con voz incierta

que todo es irrealidad

si no es de ella

la razón final

que nos enseña.


         Antonio Belisario

         210287.




Cubre tu mirar


el velo más extenso,


el impenetrable misterio


de lo secreto...


Ignoto tu amor,


cual antifaz de fuego,


me va revelando


en el Portal de tu corazón


el templo más bello.


Soy profano buscador


de tesoros eternos.


Soy neófito que se inicia


en el Arcano de tus besos


y que descubre en tus labios


la armonía del silencio.

            Antonio Belisario

            170484.




Cuando pronuncias mi nombre


estando muy cerca


y me miras y sonríes


permaneciendo tan quieta.


Aún cuando tan sólo me dices ¡Hola!


siento que tu voz me cubre y besa...


Cuando miro tu faz


casi me cega


el cálido resplandor de tus pupilas.


Comprendo entonces

que son infinitos los caminos


del Amor y de la Vida.


            Antonio Belisario

            200683.





Conozco un poeta que ha descubierto

               

a través de sus versos el secreto


cálido, tierno, inocente y siniestro


del nombre de una mujer sonoro a viento.


Rompía una noche la Luna


el cascarón de nubes y de su nacimiento.



Quedó una leyenda para mis nietos.


               

Era una noche sin estrellas ni firmamento,


no existía cosa alguna bajo los cielos;


Tan sólo estaba el bardo, un vacío tintero,


una hoja hecha de sueños y recuerdos.


        (Las musas eran lujo 
           
 en aquellos tiempos)

               

y la métrica no era endecasílaba


sino en dodecaedro...


Sin embargo, a pesar de los buenos,


de los amables, de los perfectos,


nuestro amigo, el poeta, nos escribió


un cuento, su versión del Génesis,


una especie de Talmud para canarios


y pudo saber que era un hombre


aún estando despierto...


              Antonio Belisario

              230887.





Esos dos enigmas


que me interrogan paralelos


cuando me miras...


Negros soles que iluminan


las sagradas perfidias de los dioses


y penetran sus llamas en mi alma...


Son tus ojos...  tu mirada

y también tu voz sin palabras.


Esos dos enigmas,


extravagantes locuras me arrebatan


en nocturnales anhelos desbordados.


Podré descifrar  (quizá leerlos)


el lenguaje de tus labios acariciando


(cazaré tus besos)


y aunque tan sólo un cometa


cruce solitario tu firmamento,


podré amar tus latidos más intensos,


y deseándote toda, plena,


no saber que estoy enamorado.


Esos dos enigmas


me los descifraran tus gemidos.


               Antonio Belisario

               080182.




Lo presiento, casi diría

que lo sé.

Estás próxima a llegar

para embrujar mis labios...

Aparecerás llegando de ninguna parte,

soñaré que me llamas

y te reconoceré

por el brillo inolvidable

de tus ojos buenos.

Llegarás en el momento

de madurar el fruto

para brindarme pulposas apetencias.

Aparecerás en el cielo

(desconocido Planeta)

y sólo yo sabré quién eres.


Antes te busqué ansioso,

angustiado quizá, frustrado

astrónomo explorador de nocturnos cielos

custodiados por perros 
de alabastro y fuego.

               

Demente burlón burlado.

Demente burlón burlado.


Ahora, aguardo, casi viejo

dejándote venir

como las flores la madrugada.  Te buscaba.

No sabía a quién buscar.


¡Yo, que no soy madrugada ni astrónomo!.


Si has llegado

permaneces entonces 
silenciosa entre mis fibras,

pero, igual me hablarán tus ojos...


Es curioso, extraño para mí.

¿Sábes?, casi diría que lo sé.


            Antonio Belisario

            121176.




Porque soy poeta


siembro la tierra


con semillas de versos


recogidas de tus cabellos..


Un bohemio ya viejo,


de esos que Europa nunca quiso,


me enseñó que las estrellas


las llevan los locos en sus zapatos


y sin embargo


hoy encontré la más bella...


en tu rostro.


Porque soy hombre


entregaré mis restos a la tierra


cuando me canse de cambiar


las zapatillas de la princesa


que me arrancó del corazón


mi callada tristeza.

     

             Antonio Belisario

             301280.



       

Filosofar es saber


amar las cosas


y aprender de éstas


no el qué son


ni de qué están hechas,

               

sino aprender a ser uno

               

con todas ellas.


Filosofar es poder


encontrar las huellas


que dejan en el cielo


las estrellas


y es conocer de la materia


todas sus formas


y la unidad que encierran.


Todo hombre de ciencia,


todo bello poeta,


todo amante que siente


vibrar a Dios en sus arterias


es un filósofo que tiene hecha


de luz y fe la vida entera.


            Antonio Belisario

            231181.




Humedece mi piel


la tenue llovizna de tus besos.


El cielo que es tu mirada


presagia tempestades de amor


sobre la pradera de nuestros cuerpos.


Sin embargo brilla el sol


calentando las suaves colinas


que ascienden de tu pecho.


Quiero cobijar tu piel


con mis besos,


penetrar, de tu vientre, los secretos


y derramarte dentro, muy adentro


el vital néctar del amor y el fuego.


Calentará tu piel


la flama del movimiento.


               Antonio Belisario

               120883.




Herido va el cordero


por las calles del pueblo,


su cuerpo está enrojecido


con la sangre de los cielos.


Esta noche una estrella


nacerá en el firmamento...


Callado va el pastor,


triste su pensamiento,


marchita encontró su flor,


ha muerto su cordero.


Esta llanura, éstas montañas,


estos mares de cementerios


lavaron sus pies y sus cabellos


con la sangre de los cielos.


"¡Ay, mi Señor!,


saca éstas púas de mi pecho


para que renazca la rosa


que alivia mi resentimiento".


Así oró el pastor


y a Dios encontró, moribundo,


yaciendo en su templo.


Cruzó las manos sobre el corazón


y supo que vivía su Cordero.


              Antonio Belisario

              241277.

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